martes, 24 de noviembre de 2009

Cap.1 Sueños Eternos

Todo era insoportable. El mundo había perdido todo el sentido sin él…


Ahora mismo estaba tirada sobre mi cama pensando en lo que más me dolía, él se había marchado y ahora sí que estaba sola.

Empecé a descomponer todo lo que había pasado en un día que aparentemente era feliz, el día antes de navidad...


- ¡Dios! ¡No nos va a dar tiempo!

- Tranquila Bella, seguro k nos da tiempo a comprar toda comida y los regalos mañana.

- No papá, te digo yo que no nos va a dar tiempo.

- Venga no seas tan pesimista y vete a la cama, hoy ha sido un día agotador.

- Vale – le di un beso en la mejilla y empecé a subir por las escaleras – Buenas noches papá.

Fui directa a mi cuarto para cambiarme y meterme en la cama, pero cuando entré casi me caigo al suelo del susto que me dio Jacob, al verlo sentado en mi cama mirando mi álbum de fotos.

- ¡Jake! ¿Qué haces aquí?

- Lo siento Bella, no quería asustarte- parecía sorprendido – ahora mismo me voy, lo siento mucho…

- Tranquilo- dije recuperando el aire- quédate si quieres, no pasa nada; suelo estar acostumbrada a encontrarme gente en mi cuarto – instintivamente pensé en la única persona que solía encontrarme en mi cuarto, Edward.

- Emmm, vale.

Caminé a través de la habitación y cogí de un cajón mi pijama favorito.

- Ahora vuelvo, voy a ponerme el pijama.

- Si quieres que salga un momento…

- No pasa nada Jake – le corté –iré al baño.

Me apresuré a salir y me metí con tranquilidad en el baño. No me podía creer que Jacob estuviera metido en mi cuarto! Desde que Edward y yo lo dejamos tenía miedo de volver a mirar a la cara a Jacob; sobre todo por todo lo que le hice, sólo el recuerdo de la cara de Jacob cuando le dije que aunque Edward se había marchado de mi vida, no quería estropear nuestra amistad y le dije que no a su pregunta de si podíamos intentar ser algo más que amigos. Solamente el pensamiento de su cara frustrada, compungida y demacrada me volvió a perforar el pecho.

Acabé de vestirme y volví un poco nerviosa a la habitación. Tenía bastante miedo a encararme a Jake.

Abrí la puerta y metí dentro con todo el silencio y cuidado que pude.

Seguía igual, mirando al álbum y pasando las páginas tranquilamente como si disfrutara de aquel momento; viendo las fotos que me había hecho en la Push, con todos los amigos y conocidos de allí.

- Bueno, ¿Qué te trae por aquí?

- Al principio no iba a venir,- dijo con total tranquilidad- pero me pareció que debías saberlo lo antes posible.

- ¿Qué ha pasado? – pronuncié las palabras con una nota de histeria.

- La cuestión es que… mi padre… hace unas pocas horas ha enfermado repentinamente y lo han ingresado fuera de Washington.

- Oh… lo siento muchísimo Jake… ¿si te quieres quedar en mi casa para no quedarte solo en la tuya, no tengo ningún problema?

- Bella… me voy con él, a vivir a las afueras de Washington porque no puede separase mucho de ese hospital. Venía para despedirme de ti.

- Pero… no te puedes ir Jake. Mañana es navidad y toda tu familia y tú veníais aquí a cenar y a pasar la mejor noche todos juntos…

- Lo siento Bella, pero no puedo dejar a mi padre solo en el hospital el día de navidad.

- ¿Te irás para siempre? – esperaba que la respuesta fuera un no y que después de que Billy se recuperara todo volvería a la normalidad, pero solamente me engañaba a mi misma.

- Yo... no lo se.

- Pero... pero... - de la confusión no me salían las palabras - no me puedes dejar... sola...

- No puedo hacer nada para evitarlo, lo siento de corazón, pero me he de ir... Adios Bella.

 
Todo era insoportable. El mundo había perdido todo el sentido sin él…


Ahora mismo estaba tirada sobre mi cama pensando en lo que más me dolía, él se había marchado y ahora sí que estaba sola.